El perdón de los pecados
Perdon_pecados.jpg

El perdón de los pecados

Por Cristo hemos recibido la redención


REPASAR LA VIDA DELANTE DE DIOS

Es bueno, de vez en cuando, detenerse y repasar la propia vida delante de Dios. Este pequeño documento puede ser una ayuda para hacerlo, utilizándolo todo o en parte. Y también puede ser útil para el examen de conciencia en el sacramento de la Penitencia.

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Ponerse ante Dios y leer su Palabra. Que despierte en nosotros sentimientos de arrepentimiento, conciencia de que nos tenemos que convertir, y confianza en la misericordia de Dios que nos quiere perdonar. Aquí se ofrecen, para ello, unas lecturas bíblicas. El profeta Ezequiel anuncia el corazón nuevo que Dios quiere darnos. (EzequieI11, 19-20).

Esto dice el Señor:
«Les daré un corazón íntegro e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis leyes y pongan por obra mis mandatos; serán mi pueblo y yo seré su Dios».
Palabra de Dios.

San Pablo, en la carta a los cristianos de Colosas, nos habla de la salvación que hemos recibido gracias a Jesucristo.

«Demos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Palabra de Dios».

ORACION PARA EMPEZAR EL EXAMEN

Padre, tú te compadeces de todos los hombres, nos acoges y. nos concedes tu auxilio cuando lo necesitamos. Abre ahora mis ojos, para que sepa ver el mal que he cometido y el bien que he dejado de hacer, y toca mi corazón, para que me convierta sinceramente a ti.

Cura y fortalece mi debilidad, renueva en mí tu amor; así resplandecerá en mis obras la imagen de tu Hijo, seré testigo de tu bondad entre los hombres y viviré en comunión con mis hermanos en la Iglesia.

Concédeme, Padre, tu luz, por Jesucristo, hermano y guía de todos los hombres.

EXAMEN DE CONCIENCIA

1. Respecto a Dios y a la vida de fe:

  • ¿Tengo presente a Dios en mi vida? ¿Quiero que todo lo que soy y hago se dirija a Dios? ¿Pongo en él la confianza fundamental de mi vida, o la pongo en otras cosas?
  • ¿Tengo momentos de oración, de diálogo confiado con Dios?
  • ¿Participo en la oración de la Iglesia, especialmente en la Eucaristía de los domingo?
  • ¿Mi vida es un verdadero testimonio del Evangelio, de modo que los demás, al verme, se sientan atraídos a la fe? ¿Me he mostrado cristiano en mi vida privada y pública?
  • ¿Me preocupé por mi formación cristiana, escuchando y leyendo la Palabra de Dios, y, participando en las catequesis y otros encuentros de reflexión?
  • ¿Sostengo económicamente las necesidades de la Iglesia?'

2. En la relación con los demás:

  • ¿Tengo claro que ser cristiano implica no desentenderse de los demás? ¿Tengo verdadero amor a los demás, o me sirvo de ellos para mis intereses? ¿O quizá hago a los demás lo que no quisiera que me hicieran a mí?
  • ¿Sé escuchar a los demás, descubrir la parte de verdad que tienen? ¿Sé dialogar, comprender, aceptarlas opiniones y pareceres de los demás?
  • ¿Hago todo lo que puedo para superar las disensiones y situaciones de tirantez?
  • ¿He violado la vida, la integridad física, o los bienes de los demás? ¿Les he producido algún daño? ¿He tenido odio a alguien?
  • Si conduzco coche u otro vehículo, ¿lo hago corno es debido? Si me he encontrado con algún accidente, ¿he prestado mi ayuda cuando era necesario?
  • ¿He robado o he deseado injusta y desordenadamente los bienes de los demás o les he producido perjuicios? Si ha sido así, ¿he procurado restituir y reparar los daños que he causado?
  • ¿He engañado o estafado en los negocios?
  • ¿Si he sido injuriado, he procurado la paz y he estado dispuesto a perdonar, o bien conservo odio y deseo de venganza?
  • ¿He respetado al marido o la mujer de los demás? ¿Soy consciente de que el sexo no es un simple instrumento de placer, sino que está destinado al amor?
  • ¿He mantenido la verdad y la fidelidad, o bien he dañado a los demás con falsedades, calumnias, juicios temerarios o la violación de algún secreto? ¿Me gusta murmurar y criticar? ¿He propagado rumores que creaban mal ambiente, y desánimo? ¿He difundido insinuaciones maliciosas, medias palabras o juicios que contribuyan a dar mala fama y a dañar a otros? Cuando alguien ha sido acusado -o-criticado injustamente, ¿me he., desentendido del tema en lugar de defenderlo y testificar a su favor?
  • ¿He sentido envidia de las cualidades de los demás ¿He intentado desacreditar a alguien por envidia?
  • ¿Respeto a los derechos de los demás en las cosas-pequeñas de cada día, por ejemplo en las colas de las tiendas o los autobuses, no queriendo pasar cuando no me toca? ¿Procuro no molestar a los demás poniendo por ejemplo la televisión o la radio demasiado alta, o no siendo puntual y haciendo esperar, o hablando o haciendo ruido en los lugares: en los que hay que estar en silencio?
  • ¿Procuro hacer la vida, más fácil y agradable ala demás?
  • ¿Soy amable?

3. En la vida de familia

  • En la relación entre los esposos: ¿Me esfuerzo para que crezca el amor entra los dos? ¿Hay cariño, diálogo entre ambos, y responsabilidad compartida, o bien me preocupo sólo de mis cosas y me creo en el derecho de imponer siempre mis criterios? ¿Mantengo firmemente la fidelidad matrimonial? En la relación sexual, ¿me preocupo del bienestar del otro, o pienso sólo en mí?
  • En la relación de los padres para con los hijos: ¿Les dedico tiempo? ¿Les doy un buen testimonio de vida humana y cristiana? ¿Soy dialogante? ¿Procuro enseñarles a escoger con libertad y responsabilidad su camino? ¿Les enseño a compartir lo que tienen, tanto con los demás miembros de la familia, corno con los compañeros, como con los pobres?
  • En la relación de los hijos para con los padres: ¿Me preocupo de los problemas de la familia, o me desentiendo de ellos? ¿Busco el diálogo con mis padres, o más bien paso de ellos, o estoy permanentemente agresivo? ¿Quiero a mis padres?
  • A los ancianos de la familia, ¿les doy cariño y atención?
  • En la relación entre todos los miembros de la familia, ¿colaboro para que el clima familiar sea lo más positivo posible, de modo que todos podamos encontramos bien en casa?
  • En mi familia, ¿vivimos sólo preocupados por los intereses familiares (los mejores colegios para los hijos, un buen coche etc.), o bien somos conscientes de que debemos dedicar parte de lo que tenemos a ayudar a los que tienen menos, y que para ello hay que rebajar el propio nivel de vida?

4. En el uso del dinero:

  • ¿Vivo pendiente del dinero? ¿Pienso constantemente en cómo tener más dinero? ¿Pienso que hay que espabilarse para tener más dinero, y dejarse de escrúpulos y preocupaciones morales?
  • ¿Tengo claro que la propiedad y el difiero no tienen un valor absoluto, que no son sólo míos, sino que implican unos deberes sociales?
  • ¿Comparto mis bienes con los que tienen menos que yo? ¿Qué parte de mi dinero dedico a la solidaridad con los necesitados, de aquí y de los países pobres? Si tengo familiares o amigos que están en mala situación económica, ¡cómo les ayudo?

5. En las relaciones laborales:

  • Si soy empresario o tengo cargos directivos, ¿me preocupo de que los salarios de los trabajadores sean dignos? ¿Hago lo que puedo para que los efectos de las crisis económicas no recaigan sobre los que tienen menos? ¿Hago mi trabajo lo mejor que puedo?
  • Si soy trabajador, ¿cumplo con mi trabajo con eficacia y dedicación? ¿Soy solidario con los demás trabajadores, especialmente con los que están en peor situación que yo, o me desentiendo de tos problemas colectivos? ¿Procuro actuar con inteligencia y honestidad en las reivindicaciones y los conflictos?

6. En la vida social:

  • ¿Me preocupo por el bien y la prosperidad de la comunidad humana, de la que formo parte, o bien llevo una vida centrada en mí mismo? ¿Pienso que el progreso, en la justicia, en la igualdad, en la superación de las diferencias económicas y sociales, forma parte del mensaje cristiano?
  • ¿Me indigno ante las injusticias, o me dejan indiferente? ¿Defiendo a los oprimidos? ¿Ayudo a los que lo pasan mal? ¿Colaboro para una convivencia, mejor para todos? ¿O bien me desentiendo (o incluso desprecio) a los pobres, los débiles, los inmigrados, los enfermos, los ancianos?
  • Participo según mis posibilidades en la promoción de una vida más digna para todos? ¿Conozco las distintas iniciativas en este sentido, como por ejemplo la acción de Cáritas, de los grupos de ayuda fraterna, de los grupos al servicio del Tercer Mundo, de las entidades políticas y sociales?
  • ¿Participo en las actividades ciudadanas que ayudan a una mejor, convivencia?
  • ¿Pago mis impuestos? ¿Cumplo con mis deberes cívicos?
  • ¿Procuro que se conserven y que no se estropeen los bienes que son de uso público?
  • ¿Me preocupo por la protección de la naturaleza del medio ambiente? Cuando salgo a lugares de mar o de montaña, ¿procuro que quede limpio allí donde he estado, y evito crear peligros de incendio o degradación?

7. Respecto a las actitudes personales:

  • ¿Me amo a mí mismo como Dios me ama? ¿Me acepto, con mis limitaciones y debilidades, como Dios me acepta? ¿Vivo la paz y la confianza que Dios me da?
  • ¿Me esfuerzo por corregir mis malas inclinaciones, como son el abuso en comer y beber?
  • ¿Llevo una vida sexual desordenada?
  • ¿Dejo por pereza de realizar lo que debería?
  • ¿Reacciono a menudo con ira? ¿Soy amigo de provocar conflictos y riñas?
  • ¿Soy protestón? ¿Lo encuentro siempre todo mal? ¿Afronto con entereza las dificultades de la vida? ¿Hago rendir las posibilidades que tengo y que Dios me hadado?

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. (SaL 50)

ORACIONES PARA PEDIR PERDÓN

A DIOS PADRE
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas,
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad. Señor.

A JESUCRISTO HIJO DE DIOS
Jesús, Hijo de Dios,
Apiádate de mí, que soy un pecador.
Señor Jesús, tú que devolviste la vista a los ciegos,
Sanaste a los enfermos, perdonaste a la mujer
pecadora, y confirmaste a Pedro en tu amor después
de su caída, recibe ahora mi súplica:
Perdona todos mis pecados,
renuévame en tu amor, concédeme vivir en fraterna
unión con mis hermanos, para que pueda anunciar tu
salvación a todos los hombres. Amén.



Envía un comentario



Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License