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Eran felices. A pesar de todo, eran felices. Su vida no discurría precisamente por un sendero fácil y cómodo. Los problemas de una y otra familia suponían una demasiado pesada para sus jóvenes espaldas, pero ellos, eran felices.
[Angarmegía]
Los padres de ella le ponían pegas a él y los de él a ella. Todo por parte de las familias era un desastre, pero ellos se amaban profundamente. Después de tres años de noviazgo se casaron, pero la boda fue un desastre. Los padres de uno y otro se pelearon y toda la comida cayó al suelo.
Los problemas continuaron. Iban a más. Pensaron divorciarse, pero se miraron a los ojos y se dieron cuenta de que se amaban por encima de todo, incluso de sus familias. Hicieron un segundo viaje de novios a África. Vieron un negrito y pensaron traérselo para España para tener un hijo, porque ella no podía tenerlos.
[Francisco Rodríguez Lozano]
Esto no le suponía un problema a ninguno de los dos, porque se querían a pesar de todo. ¡Pero ese niño podría completar su felicidad! El negrito se llamaba Samuel y tenía siete años, un pelo muy rizado y unos grandes ojos. Cuando elevo su mirada hasta ellos, parecía que pedía su ayuda. Necesitaba cariño, y ellos podrían darselo.
[Francisco Alejandro Moreno Ramírez]
Ya en España, cuando los padre de ella se enteraron de que habían adoptado a Samuel, furiosos, llamaron a su hija para convencerse de que eran verdad aquellos rumores. Los padres de Lucía eran muy racistas y no les gustaban los negros, al contrario de los padre de Andrés. A ellos les encantaban los niños y, con el permiso de Lucía y de Andrés, casi todas las tardes visitaban al pequeño Samuel, para ellos, lo mas bonito que había.
Los padres de Lucia les dieron la espalda. Su madre decía que era la vergüenza de la familia. Ella, cuando escuchó eso se puso muy triste y empezó a llorar. Andrés la consolaba, pero ella se preguntaba:
- ¿Por qué me hacen esto mis padres?
Pero era una pregunta estúpida sabiendo que sus padres toda la vida habían despreciado alas personas de color.
Lucia y Andrés decidieron irse a vivir a La Puebla de Vícar, un pequeño municipio de Almería. Allí, lejos de los padres de ella, pero mas cerca de los de él siguieron una vida normal y corriente.
Al cabo de un año los padres de ella se fueron a vivir a La Puebla pidiendo perdón a Lucia por su comportamineto con Samuel, pero, en el fondo, seguían pensando lo mismo. Por eso continuaban teniendo problemas, tantos, que decidieron divorciarse. Lucia y Andrés tuvieron un juicio para ver quién se quedaba con Samuel. Al cabo salió muy mal, porque Samuel volvió a África con su verdadera familia.
[Luis Miguel Sánchez Roma]
A pesar de todo lo que se querían, decidieron hacer cada uno la vida por su cuenta. Lucia cada día que pasaba sin su amado Andrés le parecía como si estuviera sola y desamparada. A Andrés le ocurría lo mismo. Era muy difícil para ellos saber que se amaban y que no podían estar juntos. ¡Y todo por una tontería de sus padres! Ella no quiso llamar a Andrés. Pensó que le molestaría, aunque ella sabía que la seguía queriendo.
Hasta que un día, después de un par de meses, sonó el teléfono. Era él…
[Beatriz Berenguel Hernández]
Andrés le dijo que no podía vivir más sin ella y que lo de sus padres que le daba igual. Él la quería. Le alegró mucho escuchar eso. Rápidamente le dijo que sí que quería volver con él, que estos meses que había pasado sola habían sido los peores su vida, que quería volver a vivir juntos.
Al cabo de unos días se dieron cuenta de que les faltaba una cosa aún para ser totalmente felices: era Samuel, el pequeño africano de siete años que fue devuelto a África por orden del juez, con su verdadera familia. Fueron a hablar con él. El juez les dijo que si querían recuperar a Samuel él les daba la custodia, pero tenían que ir a África a buscarlo.
Al día siguiente, Andrés y Lucia fueron a el aeropuerto y allí emprendieron su viaje a África. Al llegar vieron a Samuel y,,,
[Luis Miguel Sánchez Roma]
Samuel, en cuanto los vio, se echó a sus brazos con lagrimas en los ojos. Le vieron con rasgos de haber sido maltratado. Le preguntaron:
- ¿Qué.. te… ha pasado?- dijo Andrés un tanto alterado.
- No tiene importancia, sabéis, os echaba mucho de menos… Padres- dijo el niño que se echó a llorar como un bebé.
- Tranquilo, Samuel nosotros te queremos tanto como tus padres a ti pero…
- ¡No!-gritó el niño enfadado- ¡Mis padres no me quieren, los únicos que me quieren sois vosotros!
Intentaron tranquilizarlo:
- Tranquilo, pequeño, esa gente no volverá a hacerte daño- dijo Alicia.
- ¡Alicia, no podemos llevarnos a Samuel sin una orden del juez y el permiso de sus padres!
- ¡No permitiré que le hagan daño!
[José López Lázaro]
Ellos se querían llevar a Samuel, pero sin que sus verdaderos padres firmaran el papel de la adopción era imposible. Por eso fueron a hablar con ellos. Les dijeron que no, que su hijo se quedaba allí. Samuel salió corriendo con las lágrimas en los ojos. Alicia y Andrés corrieron tras él. Cuando lo alcanzaron, lloraba sin parar. Alicia, con una voz muy suave y tranquila, le dijo:
- Samuel, cuéntanos todo lo que te ha ocurrido y así te podremos ayudar.
Samuel explicó que sus padres biológicos querían que trabajara para ellos y esas heridas eran porque él se negó y ellos le pegaron.
Alicia y Andrés se quedaron paralizados al conocer lo que había sufrido su pequeño, pero, no sabían cómo actuar. Por tomaron una decisión…
[Beatriz Berenguel Hernández]
Volver a España para comunicar a su abogado que llevaba el tema de traerse al niño para España, y también a la jueza para que actuara mediante tal acto. Cuando hablaron con éstos le dijeron:
- Esto es un caso de maltrato y explotación infantil.
La jueza decidió ir a África a escondidas para ver si lo que Alicia y Andrés decían era verdad. Convencida por lo que vio, decidió denunciar a esos padres y quitarle al niño.
Andres y Alicia habían conseguido una parte de su plan, pero la otra parte era un poco más complicada, aunque la jueza ya vio que se preocupaban del niño. Ellos le dijeron a la jueza que si podían adoptar a Samuel y ésta el dijo que si pero tenían que pagar muchos miles de euros.
Ellos no tenían tanto dinero junto, además acababan de comprarse un piso entonces…
[Beatriz Berenguel Hernández]
Regresaron a España y Andrés le dijo a Alicia:
- Vamos a echar la primitiva a ver si nos toca.
- ¡Vale! - dijo Alicia.
Esa misma noche había sorteo, lo que menos se esperaban es que le tocara. Pero cuando dijeron el primer número y lo tenían, dijeron el segundo y también así hasta llegar al sexto, se pusieron como locos, no sabían que hacer ni que decir.
El lunes fueron al banco y cobraron el dinero, después se acercaron a los juzgados y le dijeron a la jueza que ya tenían el dinero.
Esa misma mañana compraron un vuelo a África.
Cuando llegaron, Samuel se puso muy contento al verlos. Ellos le dijeron que ya lo habían adoptado y ya se podía ir a España, se puso tan contento que se le saltaron las lágrimas.
De vuelta a España pagaron la hipoteca y le dieron todos los lujos que podían darle a Samuel, pensaron en adoptar a una niña a la que pondrían de nombre Vicky…
Al cabo de una semana, fueron a los juzgados para adoptar a una chinita. La jueza le dio los papales y les dijo que tendrían que pasar tres meses en China. A ellos les daba igual solo querían poder adoptar a Vicky, pero ahora no estaban solos tenían a Samuel. Éste les dijo :
- Dejadme que vaya con vosotros, por favor…
[Rosa]
Como era verano y Samuel no tenía escuela le dejaron que fuera con ellos. Apartaron una habitación en un hotel y sacaron los billetes del avión. A los dos días ya estaban en China. ¡Iban a conocer a Vicky! Pero llamó la madre de Alicia y …
[Marina Salvador García]
Le dijo:
- Alicia estoy muy enferma, creo que me queda muy poco tiempo de vida.
Alicia se lo comunicó a Andrés y este le dijo que regresarían a España ese mismo día para que pudiese estar con su madre.
Mientras, Samuel estaba muy ilusionado porque iba a tener una hermanita, pero al conocer lo que ocurría se puso muy triste.
[Rosa]
De vuelta a España, llegados al hospital, Alicia entró en la habitación de su madre, Andrés esperó fuera con Samuel. Alicia solo encontró en la habitación a un anciano. Pensó que se había equivocado. El hombre mayor dijo:
- Hola, ¿la conozco?
Alicia dijo que no, que ella venia a ver a una señora con el pelo castaño y ojos claro que estaba en esa habitación. Al anciano le cambió la cara, y dijo serio:
- ¿Es usted algún familiar suyo?
Alicia le dijo que era su hija. El anciano firmemente dijo:
- Lo siento, esta mujer ha fallecido esta mañana.
Alicia lloró. En ese momento entraron Samuel y Andrés. Estaba destrozada no hacia nada mas que arrepentirse por haberse ido, pero ya no había nada que hacer.
[Beatriz Berenguel Hernández]
Pero llamó a su padre, porque se le hizo muy raro que un enfermo lo supiera. Este le dijo que nadie le había comunicado nada, solo que su madre había tenido una parada cardiaca y la habían trasladado a la UCI.
A las dos semanas la madre de Alicia ya estaba bien, y se fueron todos a China. ¡Por fin!, después de esperar tanto, se reconcilió con su madre y, ¡además tenía una nueva hija!
Pasó algún tiempo. Y, una noche, Alicia soñó que…
[Rosa]
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