La «progresía histórica»
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Los titulares que se suceden muestran la extensión pandémica de la idiocia galopante entre determinados sujetos del pensamiento político dominante.

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El desconocimiento absoluto de la historia de la humanidad y su traducción a parámetros acordes con la óptica de la autodenominada «progresía», aunque por comportamiento y actitudes se posicionan en las antípodas de los auténticos luchadores por el progreso y desarrollo de los derechos del hombre, los hacen caer una y otra vez en el ridículo más espantoso.

Es el turno de Fray Junípero Serra, ¡racista! Y ayer lo fueron las murallas de Ávila, los bordados lagarteranos, José María Pemán o Cristóbal Colón, incluido en los manuales de la nueva historia redactados en el delirio independentista catalán como hijo de aquella tierra, pero que hoy, al no calar la ocurrencia más allá del séquito de correligionarios afines, parece urgente expulsar de la ciudad de Barcelona. ¡Si hasta los cuentos de hadas y los mismísimos Mortadelo y Filemón están en la lista negra!

Que cada época se haya regido según los parámetros ideológicos y de conocimiento del momento es irrelevante para estos próceres modernos. ¿Cómo entender, según los principios simplistas de este colectivo «millennial», que el hombre de cromañón suspirase aliviado cada amanecer al contemplar el milagro del sol naciente, regalo, sin duda, de benévolos dioses todopoderosos? ¿Cómo asimilar que la desigualdad entre los hombres y la esclavitud, fuesen hechos aceptados y asumidos por las sociedades más cultas del momento? ¡Aristóteles dedica el Capítulo II del Libro I de su obra «Política» a justificar la existencia de la esclavitud! Han sido necesarios muchos siglos de evolución científica, técnica e ideológica, y mucho derramamiento de sangre también, para alcanzar el estatus actual ¿Qué derecho tenemos a destruir los restos de un pasado que pueden hacer visibles etapas y momentos superados?

Esclavistas y racistas antes que cualquier europeo lo fueron todos los pueblos de la antigüedad desde la revolución neolítica. Y no siempre por ansía de riqueza o poder. ¡Los dioses habían concebido así el mundo! Mesopotámicos, egipcios, mayas y aztecas (sacrificio humano en ofrenda a sus deidades incluido), chinos, griegos, romanos… basaban su economía sobre estos parámetros. ¿Destruiremos también las pirámides erigidas en todos los continentes, la Acrópolis, ¿toda Roma monumental…?

En este mar de ignorancia interesada se olvida que la reina Isabel de Castilla, (nótese que omito el apelativo por el que ha sido conocida durante siglos para no desvirtuar su gesto y enviarla directamente a la hoguera), hacia el año 1500, declara la humanidad y el derecho a la libertad de los pueblos nativos americanos, y lo ratifica expresamente en su testamento.
Por si alguien tiene interés, he aquí un enlace a «Política» de Aristóteles.

http://www.filosofia.org/cla/ari/azc03021.htm



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